¿Qué son los residuos industriales y cómo manejarlos de manera sostenible?
De acuerdo a las definiciones oficiales, los residuos industriales son los desechos resultantes de procesos de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la actividad industrial. La definición también aclara que no forman parte de ella, los residuos gaseosos; es decir las emisiones a la atmósfera, ya que son reguladas por otra ley.
Debido a la creciente actividad de las industrias a lo largo de los últimos años en el mundo entero, el número de residuos industriales aumenta sin cesar. Por ello, para cuidar el medio ambiente y la salud de la población debe realizarse una correcta gestión de residuos. Solo un error, como se ha comprobado en varias oportunidades, puede ocasionar graves problemas en el funcionamiento ecoambiental y hasta ocasionar desastres ambientales.
Además, el incremento de residuos industriales contribuye con el agotamiento de los recursos naturales. Por otro lado, no representan ningún valor en sí, ya que generalmente no es posible su aprovechamiento debido a que no existen tecnologías acordes para reutilizarlos o estas son demasiado costosas para las empresas
Ejemplos de residuos industriales
Algunos ejemplos de residuos industriales son los siguientes:
- Aceites industriales usados
- Trapos contaminados
- Disolventes
- Pinturas
- Pilas
- Plásticos
- Contaminados
- Envases contenedores de sustancias peligrosas
- Baterías
- Tintas
- Decapantes
- Arena
- Vidrios
- Papel
- Escombro
- Materiales químicos
- Productos corrosivos
Como se clasifican los residuos industriales
Estos residuos pueden seleccionarse según su procedencia. Además hay distintos tipos:
- Urbanos o municipales
- Agrícolas y ganaderos
- Forestales
- Sanitarios
- Mineros
- Radioactivos
- De construcción y demolición
- Eléctricos y electrónicos
A su vez, se pueden clasificar en tres grandes grupos:
- Residuos inertes: Son aquellos que no representan peligrosidad. Es decir, antes de su disposición no necesitan ser tratados y no representan una amenaza para el medio ambiente ni para la salud de la población. Pueden ser reutilizados como relleno de terrenos por ejemplo. Algunos de ellos son: escombros, restos de hormigón, tejas, ladrillos, productos de excavación.
- Residuos urbanos o asimilables a urbanos: son los generados por diversas actividades que tienen las poblaciones en sus áreas de oficinas, sectores industriales y de servicio. Incluye la materia orgánica degradable y otros como cartón, plástico, papel, entre otros.
- Residuos especiales o peligrosos: acarrean un riesgo para la salud de los seres humanos y para el medio ambiente. Por ello, precisan un tratamiento específico, pese a que no se cuente con tecnología para su tratamiento. Hasta conseguirlos se deben almacenar en recipientes bien cerrados.
Entre ellos, los considerados peligrosos por el estado son por ejemplo: los explosivos, oxidantes, inflamables, irritantes, nocivos, tóxicos, infecciosos, corrosivos, cancerígenos, mutagénicos, que provocan gases tóxicos, sensibilizantes, ecotóxicos y residuos susceptibles de dar cabida a otras sustancias con las características enumeradas.
Gestionar adecuadamente este tipo de residuos es fundamental para minimizar el impacto ambiental y asegurar a las comunidades cercanas.
Los residuos industriales peligrosos también se pueden clasificar en:
- Residuos tóxicos: son los más peligrosos ya que contienen elementos químicos altamente dañinos y peligrosos incluso en pequeñas cantidades. Algunos ejemplos son: mercurio, plomo, otros metales pesados, amianto, fibrocemento y uralita.
- Residuos corrosivos: ácidos o bases fuertes que pueden corroer metales y dañar la piel o los ojos al entrar en contacto. Entre ellos se encuentran el ácido sulfúrico y el hidróxido de sodio.
- Residuos inflamables: son materiales que pueden incendiarse fácilmente. Entre ellos figuran productos como el alcohol, la gasolina o disolventes orgánicos.
- Residuos reactivos: pueden reaccionar de manera violenta en contacto con el agua, el aire o en determinadas condiciones de temperatura o presión. De esta forma, se pueden producir gases tóxicos, explotar o producir un intenso calor.
- Residuos radioactivos: generados por sustancias vertidas por centrales nucleares o instituciones médicas. Estas sustancias pueden ser peligrosas durante largo tiempo.
En tanto los no peligrosos no significan un peligro directo para la salud o el medio ambiente. No obstante también necesitan ser gestionados para minimizar su impacto ambiental y no representar un problema para las poblaciones. Se pueden dividir en:
- Residuos orgánicos: son generados en procesos que involucran materias primas de origen orgánico como los alimentos, huesos o pieles.
- Residuos inorgánicos: se generan en procesos que emplean materiales inorgánicos como el vidrio, la cerámica o los metales. Se encuentran por lo general en residuos de la construcción, ladrillos rotos, etc.
- Residuos metálicos: se trata de restos que resultan de procesos que implican el uso de metales como chatarra de acero, latas de aluminio o virutas de metal.
- Residuos de papel y cartón: generados en grandes cantidades dentro de la industria de la impresión y el embalaje.
- Residuos plásticos: se generan en casi todas las industrias y pueden ser desde envases de alimentos hasta partes de maquinarias.
La gestión de todo este tipo de residuos es fundamental en cualquier estrategia de desarrollo sostenible.
Cómo reducir los residuos industriales
Dar correcta gestión, manipulación, almacenamiento y disposición colabora con la reducción del impacto ambiental. Esto a su vez redunda en la protección de la salud de la población y el bienestar de las comunidades.
En ese sentido, son las mismas empresas productoras de residuos industriales las que están encargadas de almacenar los desechos en condiciones óptimas hasta poder trasladarlas a algún centro de gestión de residuos industriales especializado. Estas empresas a su vez, son las responsables del transporte, clasificación y valorización de dichos residuos.
Al llegar a los centros de gestión, estos residuos se clasifican y seleccionan para luego ser evaluados correctamente. Posteriormente aquellos que pueden ser reciclados se separan y el resto es correctamente almacenado. El reciclaje de residuos industriales es una de las etapas esenciales de todo el proceso.
Donde van los residuos industriales
Para la separación y clasificación de los residuos industriales se debe tener en cuenta el grado de peligrosidad y sus características físico químicas.
Respecto a la etapa de almacenamiento de residuos industriales, se hace de manera separada del resto controlando en todo momento la fuga, derrame y contaminación. Se deben utilizar formas de almacenamientos compatibles y resistentes al contacto con los residuos. También deben ser etiquetados con la fecha, tipo de residuo y un código para su monitoreo. Deben cerrarse herméticamente para evitar su derrame al momento de ser trasladados.
Al mismo tiempo, dependiendo del tipo de residuo, su almacenaje tiene una fecha tope. Para el transporte también se deben cumplir ciertas leyes de cada estado, el vehículo debe llevar una fecha técnica de los residuos y el conductor deberá contar con la licencia correspondiente que lo habilite a transportar dicho material.
Posteriormente, los residuos deben ser tratados adecuadamente para que perjudiquen lo menos posible el medio ambiente y a las personas. Para lograrlo, se modifican sus características físicas, químicas y biológicas. Los diversos tratamientos de residuos industriales dependerán de cada tipo de residuo, por ejemplo si son peligrosos o no.
Algunos tipos de tratamiento son:
- Físico químico: centrifugado, decantado, filtrado y similares, hasta que dejan de ser peligrosos y, por lo tanto, de contaminar.
- Biológico: digestiones por parte de microorganismos, fermentaciones, o procesos de la misma naturaleza, para reducir su peligrosidad. Permiten generar energía en forma de gases renovables.
- Térmicos: permiten la generación de energía. El mayor problema que presentan son la generación de cenizas y emisiones de determinados gases al exterior.
- Reciclaje: es uno de los procesos de valorización más reconocidos que ayudan a reducir el volumen de los residuos que llegan a disposición final y todo el impacto negativo que puede generar en el ambiente.
- Rellenos sanitarios: Se trata de vertederos específicos para cada tipo de residuos, donde se almacenan de forma segura, cumpliendo unos requisitos y garantías, para no contaminar el suelo o las aguas subterráneas. Hay directos e indirectos, dependiendo si se vuelcan directamente a las aguas continentales o si a través de acequias, canales o sistemas de recogida de aguas residuales o pluviales. Los vertidos a canales de riego se consideran directos. Los vertidos a ramblas se vierten a aguas o cauce cuando está seco e indirecto cuando pasa a aguas subterráneas. Por último se catalogan como indirectos los que se realizan a aguas superficiales que pueden afectar la calidad de las aguas receptoras.
- Encapsulación: para tratar determinados residuos peligrosos y consiste en incorporarlos dentro de un material que lo aísla del ambiente. Con ello, se reduce la movilidad de los contaminantes y se minimizan los riesgos de contaminación por lixiviación.
Cabe señalar que las plantas que se dedican a realizar este tipo de gestiones deben contar con la habilitación y el cumplimiento de leyes muy estrictas; además, con todas las medidas de seguridad que garanticen la seguridad ambiental y sanitaria de las comunidades.
En síntesis, los residuos industriales pueden convertirse en un gran valor por ejemplo transformándolos entre otras cosas en energía. Para lograrlo es fundamental recurrir a centros que ofrezcan un tratamiento integral. Estos a su vez, deben cumplir con la normativa vigente así como con otro tipo de exigencias. Esto contribuirá además con el logro de la eficiencia, la competitividad y la responsabilidad social de la empresa productora de los residuos industriales.