Reciclar rezagos de aluminio: la práctica que le da una segunda oportunidad y revaloriza el material
Desde hace mucho tiempo, el aluminio es un envase muy usado para productos alimentarios, farmacéuticos, automotriz y cosméticos. Por eso, es posible encontrar sus rezagos en todos lados. En este punto, es clave saber que todos los productos de aluminio son reciclables, entendiendo que su desuso no es considerado residuo, sino materia prima.
¿Qué son los rezagos de aluminio?
Para entender qué son los rezagos de aluminio, debemos decir que estos incluyen los derivados de industrias, así como de áreas donde los desechos metálicos como chapas, perfiles, envases tipo latas, cápsulas y bandejas, virutas y envoltorios. Estos se clasifican y procesan para ser usados como materia prima en las aleaciones, lo que nos vuelve uno de los más importantes recicladores del mercado, creando un invaluable enlace con impacto social y ambiental.
Este tipo de materiales, de no ser tratados eficazmente, terminan acumulados en ciertas zonas perturbando el suelo, aire y aguas superficiales y subterráneas, y procediendo de forma dañina en los seres vivos. Por esto, cada país ejecuta normativas que sancionan la acumulación de desechos, sin ser estos en lo previo tratados.
Y es que además, el tratamiento y manipulación de estos rezagos puede ahorran grandes montos económicos y de materias primas dado que pueden volverse nuevos objetos a utilizar o producir energía de forma que a largo plazo el planeta no resulte tan estropeado por la actividad industrial del ser humano.
Con el propósito de achicar el volumen de desechos generados, situamos una planta de separación del aluminio adjunto en los desechos creados en los hornos. Este material, vuelve al circuito y es reutilizado.
Proceso de reciclaje
El proceso de reciclaje reside en otorgarle una segunda oportunidad a este tipo de residuos luego de un tratamiento y revalorización de estos.
Al momento de iniciar el proceso de reciclaje del aluminio, es preciso iniciar por la separación de residuos en las plantas de reciclaje, dado que este metal suele estar mezclado con otros residuos. Para este paso inicial se usan separadores electromagnéticos que atraen los productos metálicos.
Acto seguido, con el fin de simplificar el transporte durante el proceso de reciclaje de aluminio, se descomponen las piezas en un triturador de residuos y se compactan los derivados en una prensa compactadora de esta chatarra. Así, las cantidades del metal ocupan menor espacio y se ahorran tiempos.
Luego de terminada la etapa anterior, el producto que se obtiene se limpia con químicos o de manera mecánica, para alcanzar un material lo más puro que se pueda y quitar cualquier elemento que pueda bloquear el bien reciclaje del aluminio y se copia en bloques para prevenir que se oxide.
En lo que sigue, los bloques se funden en hornos industriales a 700º para laborar con el metal en estado líquido y desgasificarlo para quitar cualquier contaminante por hidrógeno y demás elementos residuales.
A posterior, se efectúa una muestra del aluminio fundido para conocer las propiedades que tiene y, si se precisa, se mezcla con aluminio puro para alcanzar un material que cumpla los estándares del producto acabado.
Finalmente, se quita el aluminio líquido para darle forma y lograr el resultado esperado que lleve a reutilizar el metal de modo ilimitado y promover la sostenibilidad.
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Reciclaje de rezagos de aluminio
Casi todos los residuos metálicos en numerosas cantidades suelen crearse en fábricas e industrias. Habitualmente, estas suelen generar recortes y restos metálicos sea para el uso de electrodomésticos, latas, envases, máquinas o bienes usables. Estos fragmentos no suelen recibir un tratamiento o reciclaje de rezagos de aluminio.
De esta forma, estos metales se consideran desechos cuando en verdad pueden ser reusados si se lleva a cabo una correcta categorización magnética y una buena gestión de estos.
Desafortunadamente, la generalidad de los residuos metálicos no recibe tratamiento y queda destinado a la basura general. Es justo ahí donde se estropea y se contamina de demás sustancias nocivas por lo que, muchas veces, dejan de ser utilizables.
Para gestionar el beneficio real de estos residuos se necesitan esfuerzos conjuntos y ligados al levantamiento, clasificación, recuperación y reciclado de los elementos metálicos, en especial, los de cantidades industriales.
Es clave tomar conciencia del número de residuos metálicos que se generan en las compañías, así como también sucede en las viviendas, y de la importancia de una gestión adecuada y responsable.
Para una apropiada recuperación de los desperdicios metálicos es necesario hacer tratamientos eficientes, se trate de la recolección, clasificación y para la gestión del reúso.
Tipos de rezagos de aluminio
Los envases de aluminio se fraccionan en varios tipos, de acuerdo a su porte de conversión. Podemos nombrar por ejemplo, los envases duros de aluminio como latas de bebidas, los productos semiduros como las bandejas de alimentos y los potes de yogures y los recipientes flexibles como film, de aluminio para envasar. Además estos incluyen los derivados de industrias, así como de áreas donde los desperdicios metálicos como chapas, perfiles, envases tipo latas, cápsulas y bandejas, virutas y envoltorios.
Aplicaciones de los materiales reciclados
El reciclado del aluminio da origen a un producto casi igual al original por lo que sus usos equivalen a los productos que se obtienen a partir del material inicial. El aluminio es fundido para la fabricación de nuevo aluminio.
Tecnologías de reciclaje
Manteniendo el compromiso con la calidad y seguridad, en Global Sur adquirimos todo tipo de metales como el aluminio, y disponemos de tecnologías de reciclaje de última tecnología. En nuestras instalaciones nos ocupamos de recoger y recuperar las chatarras así como del reciclado y transporte en portacontenedores de diferentes tamaños, grúas para simplificar el manejo y retirada del material, así como el servicio de traslado en unidades equipadas con tecnología superior. Luego de arribar a la planta, hacemos un estricto control usando maquinaria especializada. Conseguimos con este proceso aprovechar mejor el material, propiciar el ahorro energético y ayudar a la conservación del medio ambiente al generar menor cantidad de residuos y reducir la contaminación.